Anna Mendos Muñoz                 





IV. morir





241. el cielo pesado sobre los chopos,
nubes que se acercan desde un punto de fuga —horizonte castellano—,
destellos plateados en las copas, sopla el viento:
a pares —si encontraron compañero— vuelan a ras de suelo las golondrinas;









242. pájaro común en la península
desde  principio de primavera hasta fines de verano,
pico negro, corto y alesnado, frente y barba rojizas,
cuerpo negro azulado hacia el cielo y blanco hacia la tierra,




243. alas puntiagudas y cola larga y ahorquillada:
tótem de marinero: vuelve a casa sano y salvo;
tótem de fidelidad:
con lealtad a su pareja siempre acompañará:




244. Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar
y otra vez con el ala a sus cristales,
jugando llamarán;




245. pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar;
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
esas ... ¡no volverán!
:




246. es la necesidad de vida continua
la que convierte mi tiempo en amor,
es cada rechazo una pena de muerte que da nombre a mi dolor,
fin de la luz que no ha de nacer, un sacrificio de la existencia:




247. pulsión que de tan intensa aterroriza,
fuego que llama a ritos ancestrales
asusta al demonio que busca la paz,
tambores tocando pánico se pierden por el río Nung:




248. El Horror... El Horror; kilómetros de distancia:
el sonido de los pasos resuena en un pasillo que se aleja
—gotas de un grifo desajustado—,
hay una separación de tu cuerpo no alcanzado en cada pisada:




249. si tú supieras la pena que ya no exista mirada,
que la lucha se termine, ¿otra vez equivocada?
verás, te precipitaste al tener miedo de una hada,
pensando que era control: yo tan solo me acercaba




250. ¿hicieron mal mis acciones al no poder ser más clara
y mostrarme complicada en la vida cotidiana?
¿mal fueron tus conclusiones? ¿o fueron las acertadas?
quizá mi amor, no es tu sueño, o tu caos, no es la nada;




251. verás, me relenticé analizando los silencios:
¿serán éstos precaución? ¿nihilismo sin pasión?
pero ya todo es pasado, tarde reflexión plasmada,
aún así sigo sintiendo que no puedo estar callada:




252. no, no es tiempo ya de hablarte como si nada pasara,
es por eso que te cuento haciendo rima versada:
sal de todo lo pactado, haz caso a tus preferencias,
observa bien los impulsos, afronta la vida, salta:




253. otra pisada que resuena en el pasillo: se aleja;
sueño y corro sin avanzar:
no te alcanzo —sí, estás ahí, te estoy viendo—,
la misma baldosa gris: cuatro círculos descansan bajo el principal;




254. es la hembra la única con prisa,
cuerpo bomba, contrarreloj acelerado —tic, tac, tic tac—,
maquinaria de un solo uso y periodo óptimo de función escaso:
crisálida que envejece, ver fecha de caducidad:




255. A veces tienes ante ti una calle que te parece terriblemente larga
que nunca podrás terminar de barrer.
Entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa.
Cada vez que levantas la vista, ves que la calle sigue igual de larga









256. y te esfuerzas más aún, empiezas a tener miedo,
al final te has quedado sin aliento.
Y la calle sigue estando por delante
: esos días que pasan despacio
a cámara lenta —flores horarias a disposición de los ladrones del tiempo—:




257. cuando no hay tareas y sí horas para pensar,
en los días grises
me cuesta más arrancar,
no sé enfocar mi esfuerzo y me vuelvo a dispersar,




258. el pesimismo me invade y dudo más al luchar,
intento no abandonarme o dejarme arrastrar,
añoro un abrazo, una sonrisa al despertar,
resisto con paciencia que el sol vuelva a brillar;




259. pero el sol no brilla: pelea asfixiante
de no renuncia al padre —padre que no llega, padre que no viene—
un egoísmo incipiente, yo me basto:
inseminación artificial, ten un hijo por encargo —las voces, las voces—:




260. no a los conservantes, no a los aditivos,
que sea fresco —no artificial—, negación de lo transgénico,
supremacía de lo natural tendencia en la nueva era:
la conducta debe guardar correspondencia lógica con los principios que profesa:




261. estás cavando tu propia tumba,
lo sabes, pero continuas
—tic, tac, tic, tac—;
esperas y esperas, esperas y esperas: la espera expectante:









262.  alargando la agonía, sin querer estar pendiente
de la espera trascendente: sacando hierro al asunto,
controlando los latidos, distrayendo el pensamiento;
batallando con la mente: es la trampa del consciente:




263. la espera: El coche lo dejó en el cuatro mil cuatro
de esa calle del Noroeste
—en la frontera del ser y el personaje, Borges—
vivo mi vida en un sueño que un final ha de borrar:




264. soy yo la narradora del interlocutor callado, no hay señal:
como dar paso a una vida y dejar la nuestra atrás;
estás alimentando el vacío con monstruos de papel
o es que acaso hay alguien más ahí—:




265. ansié que sonara el teléfono, ¡qué tonta, qué ingenuidad!
con tanta oferta de cuerpos, quien iba a profundizar
¿quieres que ensucie mi alma poniéndome a tu nivel?
¿prefieres que me usen terceros y ofrezca mi piel a granel?




266. tengo dudas de este sueño, de tu fuerza de voluntad,
de tu capacidad de amarte, de aceptar la soledad;
pero eres mezcla de pasiones, como suma de relaciones,
el pasado en el presente, dando un futuro a mi mente:




267. lo perfecto, encaje de sistemas neuronales
con idénticos mapas de procesamiento,
fluir espiritual paralelo de un viaje psicodélico
basado en la abstracción de mensajes codificados:




268. el juego de unir puntos permite múltiples conexiones
—quién dice que haya que trazar una línea recta—
el pincel de la serpiente es lo que me concede seguir pintando:
te alejas, te alejas... te estás alejando: ¡alerta! modo pragmático:




269. de que te sirve enamorarte otra vez de un ideal:
es piedra nueva en camino que te va a hacer tropezar,
ya no tienes la inocencia de volverte a entusiasmar,
el dolor se te ha llevado tu ilusión, lo excepcional;




270. si sigues soñando sola desarrollarás enfermedad,
te encerrarás en ti misma, no querrás comunicar,
asimila que no hay nadie, acepta la realidad,
no esperes una persona, cambia de prioridad:




271. fth MEDIEVAL is sort Elt. op esNoble?: Elt —> Bool. Endfth
fmod COLA-MEDIEVAL {x::MEDIEVAL}
is protecting NAT, BOOL. sort colaM{x}.
subsort colaMNV{x}<colaM{x}. op crear ——> colaM{x} [ctor].









272. op insertar: x$Elt colaM{x} ——> colaMNV{x} [ctor].
op extraer: colaM{x} ——> colaM{x}. op frente: colajMNV{x} ——> x$Elt.
opNNobles: colaM{x} ——> Nat. Op Nplebeyos: colaM{x} ——> Nat.
var C: colaMNV{x}. var E: x$Elt
(continua);




273. perdí la ilusión del principiante,
viví con lema de prueba y error —y disfruté experimentando—,
ahora la experiencia es mi condena:
la perfección en el amor, vértigo que paraliza:




274. quisiera buscar la salida yendo a un túnel sin final,
perderme en cien mil laberintos y así evitar el saltar;
quisiera envolverme en arena no pudiendo respirar,
zurcir pulmones con asfixia y huir del abismo de amar;









275. espíritu cansado, decepción en el presente;
valor decreciente que solo el recuerdo periódico de la sangre
mantiene a flote el porqué de la existencia;
espíritu paralizado, explicación en el pasado:









276. hola, me llamo Miedo, soy un amputado emocional —anónimo—;
hola Miedo (todos a coro);
todo empezó cuando me partieron el corazón,
a partir de entonces busco relaciones imposibles y




277. huyo del amor,
decido con la cabeza,
actúo con la razón;
no estas solo Miedo (todos a coro);




278. metus causa, eximente de responsabilidad
—víctima y verdugo—,
protesta denegada, proceda letrado: mea culpa;
un ejército de voces ¡disparen! se declara el estado de sitio:









279. posición fetal de cara el rincón, respirando las paredes;
el rojo y el negro, poco a poco, invaden las conexiones,
el blanco y el azul, tenues, se alejan por el túnel;
suenan aviones en el cielo nocturno —las tripas—:




280. silencios paralizados, avergonzados, sintiendo culpa de ser humanos
—y los perros ladran—; aceptar la existencia visceral,
recrearse en la pesadilla de estar viva:
duérmete, llega la oscuridad;




281. toque de queda busca refugio a ese miedo que corroe:
Está aquí lo que a sí mismo se teme
y desesperadamente se disipa.
Fuerza que busca gastarse.




282. Está aquí lo que quiere
entrar en la noche como quien se entrega a la muerte.
Perderse: sacrificarse.
Deshacerse en el mundo como el rojo más grave





283. en dul cí si mas esporas.
Fuego que a sí mismo se quema.
Fuego desamparado que todo viento aviva

—permanece en mi memoria—;









284. buceando hacia el abismo, el hades, el estanque de fuego:
sola en tu habitación matarás la vida que espera nacer;
luces de neón intermitentes —insistentes—
ametrallan las pupilas con la sentencia del fin: sin salida:




285. ¿qué está pasando? se repite la pregunta: ¿qué está pasando?
se encoge en su rincón, se enreda entre las piernas,
el pecho se le encoge, el alma grita en silencio: duele,
¿qué está pasando? la espalda se agarrota, los puños apretados;




286. ¿por qué quiero alcanzarlo? ¿por qué huyo de ello?
nada tiene sentido, nada tiene sentido,
nada tiene sentido, nada tiene sentido;
¿qué está pasando? tener las cosas claras: ¿tú lo has logrado?




287. lo que pasa no sucede, el miedo como una jaula de reflejos:
un jilguero vuela corto en una habitación
y se golpea contra el techo,
descansa en los juguetes del pasado y cree ver la salida:




288. un jilguero vuela hacia el cielo
y una y otra vez:
TOC, TOC, TOC, TOC:
se estampa en la misma ventana;




289. cada periodo no fecundado es tu (mi) muerte
y yo ya no se que hacer si ya no encuentro a quien rezar
—ave María purísima, con pecado concebida—
oíd todos, escuchad: este es mi grito de hembra:









290. ya no se a quien confiarme que no me vaya a dañar
si me acerco a los que siento tienen mi mismo llorar,
al principio me reciben —muestran ganas de jugar—
pero luego me rechazan cuando ven que es algo más:




291. “no es momento de entregarme”, “tengo mucho que probar”,
“mi carrera es lo importante”, “aún me falta viajar”,
ando buscando matices que tenga que mejorar
—hago tiempo mientras ellos agarran su libertad—,




292. y andando yo en solitario más me costará encontrar
quién caminando a mi lado muestre parecido andar;
que dilema es el que tengo, no me deja descansar,
si es fácil el entenderlo, arduo es de remediar:




293. narcóticos, por favor: como Suelen Ellen Ewing
me aturdo lentamente copa tras copa
y en una playa de un pueblo terminado en de Mar
fuera de temporada, brindo por mi desdicha: viva la confusión:




294. el calor me abraza con suspiros marinos,
piedrecitas y conchas pulidas son el lecho de curvas doradas,
ente marmóreo que nadie osa tocar;
soledad en el alma luchando con todas las opciones posibles,




295. sabiendo que cualquier destino me es igual:
cansada ya de tanta consciencia temprana
una frase se repite dentro de mí:
la vida es un largo suicidio —demasiado pronto, demasiado pronto—,




296. metida en laberintos con sonetos y acertijos
y asombrada de tanta familiaridad;
viajando por los recovecos de la memoria y
pidiendo a gritos una señal del azar:









297. una abeja se acerca y se posa
justo antes del laberinto trigésimo
—el telón de fondo es color crema, quemado por el tiempo—:
la casualidad da vueltas sobre sí misma erráticamente:




298. portadora de dulzura ha perdido su timón,
le falta la antena siniestra;
intenta limpiarse obcecadamente danzando sin finalidad
y de golpe una gota salada pasea por la costilla de Adán




299. y el momento me deslumbra:
La jaula esfera. El ojo derecho se me fue cegando —Arrabal—,
me levanto a plasmar lo sucedido y por el camino
me cruzo con un paquete en el suelo que clama: Fortuna;




300. momento fugaz de optimismo:
me agarro a los símbolos que la realidad me dispone
y levanto la cabeza entusiasmada llena de grandes deseos
—llegará a mí el trozo de roble de Preneste—:




301. y aunque sigo estando sola nunca pierdo la esperanza
de encontrar al compañero que equilibre la balanza;
y aunque luche la carrera me da igual no tener nada
solo pido una familia y que esta crezca sana;




302. pero estás tambaleándote en unos tacones que ya no aguantan las rodillas,
mírate: me miro —soberbia—:
llego a casa y me quito el Rimmel corrido,
me cepillo el pelo despacio delante del espejo y me cortejo: eres una hembra alfa:




303. esta loba aúlla a la luna
cuando protege su territorio declarando su agresividad,
esta loba aúlla a la luna
cuando llama a filas su manada para poderla localizar,




304. esta loba aúlla a la luna cuando
en celo pide a un solo macho perpetuar su efectividad,
mas también aúlla a la luna
cuando su alma se inunda de pena y sus ojos no pueden llorar;




305. la hembra admirada por su libertad —domesticarla es matarla—
ve el fuego en todas las miradas que la penetran:
y espera, espera, espera, una que acepte más instantes:
fallo, venir de fábrica sin garantía o más de lo mismo:









306. tienes un cuerpo increíble, qué suave es tocar tu piel,
me haces llegar muy arriba, nadie me lamió los pies;
y la historia se repite, ajusta el caparazón,
sólo quieren saciar deseo, no les des tu corazón:




307. sí, sí, sí: todos, todos, todos, queréis lo mismo de mí:
usarme como a una muñeca de la que se puede prescindir;
no, no, no: nadie, nadie, nadie, propone ir más allá:
pavor ante mi cerebro, rabia, miedo, inseguridad




308. —un impacto de cepillo, un espejo que se rompe—,
encarcelada sin dar vida a la presencia,
estás sentenciada a la máxima pena:
libre y muerta:









309. despierta: despierta, despierta, despierta:
¿de dónde? ¿qué ha pasado? no lo sé, estaba bien
¿qué elecciones son las responsables? da lo mismo,
no puedo ir marcha atrás; no da lo mismo:




310. si no sé la pieza que falla el motor no arranca:
estoy perdida, lo invisible pasa a ser posible,
vivo en la realidad bajo un prisma desajustado
¿deber o querer? mi sistema de navegación no responde;




311. despierta, despierta, despierta:
pide un deseo: un abrazo, un abrazo por favor, un abrazo que sea cierto:
el calor de otro cuerpo, los latidos de un corazón,
un olor que no sea el mío, acompasarme a otra respiración;




312. despierta, despierta, despierta:
¿a dónde vas? no tengo rumbo,
contemplo todas las relaciones que surgen de mi observación:
he perdido la capacidad de discernir, voy a la deriva, no me se clasificar




313. ¿quién eres? ¿cómo has llegado hasta aquí?
da lo mismo, lo importante es cómo salir;
no da lo mismo: si no sé lo que me ata las alas no se abren,
estoy muerta: despierta, despierta, despierta, despierta:




314. este tribunal no tiene capacidad para juzgarte
— ¿me estás oyendo? — ,
aguanta, mírame, no cierres los ojos:
respira, no dejes de respirar —que alguien me ayude—:




315. fue Zeus en venganza de Prometeo que presentó Pandora a Epimeteo:
Pithos debe permanecer cerrado (mantente firme):
en el fondo Elpis resta alejado de todos los males:
próximo testigo del letrado, suba al estrado:




316. ¿por qué me evitas? ¿por qué no dices?
¿por qué me huyes? ¿por qué te opones?
¿por qué te enfadas? ¿por qué lo niegas?
a veces sí, a veces no: nunca tú, siempre yo,




317. ¿por qué te busco? ¿por qué me aferro?
¿por qué te espero? ¿por qué te elijo?
¿por qué no cedo? ¿por qué te exijo?
a veces sí, a veces no: nunca tú, siempre yo,




318. ¿por qué no quieres? ¿por qué no sientes?
¿por qué no puedes? ¿por qué no aceptas?
¿por qué no vienes? ¿por qué no? ¿por qué?
a veces sí, a veces no: nunca tú, siempre yo,




319. siempre yo:
Morir soñando, sí, mas si se sueña morir,
la muerte es sueño; una ventana hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña
—Unamuno—:









320. silencio por respuesta
—silencio por respuesta—:
la nada —vida no nacida, yo muerta—, el final de un poema:
el último verso.